"Uno de los grandes maestros sufíes, Junnaid, fue consultado por su primer discípulo: << Maestro, siempre hemos tenido una pregunta en mente pero nunca hemos tenido el coraje suficiente para hacértela. ¿Quién fue tu Maestro? Nunca te hemos oído hablar de tu Maestro>>
<<Me resultará muy difícil responder porque he aprendido de casi todos. Toda la existencia ha sido mi Maestra. He aprendido de cada suceso ocurrido en mi vida. Y estoy contento de todo ello, porque gracias a todo ese aprendizaje he llegado hasta aquí>>" Osho
Hace un par de semanas tenía la intención de escribir aquí lo que significa, para mí, Ser un Maestro. Planeaba compartirles quienes han sido mis grandes maestros y que lecciones de vida me han enseñado. Pero en cuanto empecé a escribir lo sentí, un hueco en el estómago, una opresión, mariposas (¿miedo, angustia, tristeza?), fuera lo que fuera no me permitía pensar, menos escribir, no fluían las palabras. "Pero conozco las palabras, lo he reflexionado tanto, sé lo que es Ser un Maestro…!!!" entonces me di cuenta: Duda, eso en mi estómago, era duda.
Mi cabeza empezó a mil por hora: "¿yo dudo de ti?, ¿qué es lo que no te dejo hacer? Me molesta tu drama, me cansa tu conmoción…. ¿de qué estás hablando?... Respira Débora. Solo escucha y respira…"
Sé que salían palabras de mi boca pero solo seguía escuchándola: "Estoy haciéndolo lo mejor que puedo, por qué no pueden ver que estoy haciéndolo lo mejor que puedo?!!!!"
Mi cabeza: "Te estoy viendo, te veo y te escucho y siento este hueco en el estómago… y NO SE QUE HACER CON LO QUE VEO. ¿Qué quieres de mí?!!!, ¿estaré escuchando bien?"
Ella: "No puedo ser lo que esperan de mí. Esto es lo que soy, y tengo mucho que dar…", "Déjame hacerlo!!!"
Además de un fuerte dolor de cabeza, me llevé a casa la duda guardada en el estómago y la incapacidad para pensar o escribir.
En mí interior se cimbraba uno de los grandes pilares de lo que es Ser un Maestro: Desde la duda, desde la confusión, desde la conmoción, ¿SE PUEDE SER UN MAESTRO?
Trataba de aferrarme a certezas de todo tipo para liberarme de la duda que anidaba en mi interior como un animal ponzoñoso (disculpen ustedes el drama).
Fracasé, esa técnica no funciona, la duda seguía ahí.
Me decidí entonces a dar un paso atrás dejar a la duda hablar y escupir toda su ponzoña: "¿Acaso no eres tú quien dice que todos somos Maestros, que todos tenemos algo para enseñar, que el maestro no es perfecto, y es por eso que puede enseñar? ¿Por qué no la dejas hacerlo? ¿Por qué no crees en ella? ¿Acaso no crees en ti, no crees en tu proyecto? Tal vez tu proyecto es muy ambicioso, tú no puedes con él, no estás lista, te falta preparación, te falta experiencia…, te vas a equivocar y les vas a fallar."
No sé mucho sobre lo que es Ser un Maestro, pero sé que esperamos cosas de ellos: esperamos su sabio consejo, su compasión. Esperamos que nos digan qué hacer cuando las cosas se ponen difíciles. Esperamos que nos sostengan y nos comprendan no importa qué. Esperamos que no nos fallen nunca.
También sé que un Maestro siempre está ahí cuando lo necesitas, siempre dispuesto a dar la lección. No son como nosotros esperamos. No nos dicen que hacer ni cómo hacerlo. No nos sostienen, nos enseñan a sostenernos a nosotros mismos. No son responsables de cómo nos sentimos, de lo que proyectamos al mundo ni de lo que hacemos o dejamos de hacer. No es su responsabilidad si aprendemos o no la lección, pues cada quien es responsable de sí mismo.
Por dos semanas mi Maestra fue la duda, insistente repetía una y otra vez la lección que yo no quería escuchar: "No es tu responsabilidad, suéltala..." "No puedes ser lo que crees que ella espera de ti." "No es tu responsabilidad ayudarla, no es tu responsabilidad hacerla sentir bien, no eres responsable por lo que hace o deja de hacer" "Es su responsabilidad quererse, cuidarse, hacer lo que quiere y necesita hacer, creer en sí misma" "Suéltala…"
"Tu única responsabilidad eres tú misma. Escúchate, escucha tu duda, tu conmoción, tu confusión, hazte responsable por ellas y actúa en consecuencia."
La lección de vida: Desde la confusión, conmoción, duda o lo que sea que te este pasando no puedes ser un Maestro, de hecho no puedes ser más que eso, ira, confusión, miedo, duda. No puedes Ser Tú.
Así que la próxima vez que sientas que la confusión te susurra cosas al oído, la conmoción se apodera de tu ser o la duda anida en tú estomago: da un paso atrás, respira, sacúdete, repite un mantra y escucha lo que tiene que decir, toma la responsabilidad por lo que estas sintiendo en lugar de achacárselo a los demás y agradece la lección. Eso no quiere decir que las cosas se arreglaran inmediatamente o que la lección haya sido aprendida del todo pero al menos volverás a ser Tú.
Y tú… ¿sabes quién es tu maestro? Ese extraño sentimiento que tiene tiempo acompañándote, ¿estás dispuesta a escuchar su lección?
Sat Deva
"Ninguna situación carece de lecciones, ninguna en absoluto. Todas las situaciones están preñadas, pero esto es algo que tienes que descubrir: superficialmente puede no parecer que es así. Tienes que estar alerta, tienes que mirar todos los aspectos de la situación." Osho