miércoles, 29 de junio de 2011
Diciendo Adiós
miércoles, 8 de junio de 2011
Algo sobre mi impaciencia
En la última reunión del Círculo de Mujeres, hace un par de meses, Mary nos dio una lección sobre la paciencia, y justo en la clase salieron de mí boca sabias palabras: "La paciencia no es para todos. La paciencia se gana, la paciencia es de aquél que trabajó su tierra y sembró la semilla. La paciencia es la tranquilidad y certeza de que esa semilla germinará, el retoño crecerá, florecerá y finalmente dará fruto. Tal vez tengas que regarlo de vez en cuando, tal vez debas arrancar la mala hierba a su alrededor y/o remover su tierra, pero realmente la planta lo hará todo por sí misma. Tu sólo tienes que esperar pacientemente con la confianza de que la tierra fue propiamente abonada y de que elegiste la semilla correcta…". (A veces me pregunto de dónde salen estas palabras.)
Yo no soy una persona paciente. No soy paciente en la fila del banco, no soy paciente cuando al otro lado del teléfono me dicen: "un segundo por favor", no soy paciente cuando espero a alguien impuntual, No Soy Paciente. Bueno, irónicamente hay algo en lo que al parecer soy muuuuuy paciente: las plantas. Cualquiera que conozca mi casa lo sabe, yo sólo las planto, las riego de vez en cuando, las podo, me olvido de ellas, y siempre, siempre, florecen.
Podemos volver atrás un segundo…. Yo sólo las planto, las riego, de vez en cuando las podo, me olvido de ellas… Claro, el asunto con la im-paciencia es que esperamos, ponemos nuestras esperanzas, expectativas, en que algo, no cualquier cosa, sino eso que queremos, saldrá de esa semilla. Y esperamos que así sea.
Fue así como hace un par de semanas envié un correo para convocarlas nuevamente a una sesión del Círculo de Mujeres, y pacientemente ESPERE a que confirmarán su asistencia, y pacientemente ESPERE a que llegaran a la sesión, e Impacientemente me di cuenta de que nadie llegaría. Triste y frustrada (y algo melodramática), alcé la mirada al cielo y silenciosamente pregunté: ¿Por qué nada de lo que siembro germina?
A preguntas necias… El Universo respondió de manera directa y clara: "No seas impaciente". Sólo que en ese momento yo pensé que lo que eso significaba es que tenía que esperar por más tiempo. Así que impaciente me dirigí al único lugar en el que puedo ejercitar mi paciencia: Mi jardín. Resultado, maté dos plantas, las ahogue (pensé que estaban desmayadas por el calor y las regué y las regué y las regué). Claro que no me di cuenta de lo que estaba sucediendo hasta varios días después, cuando decidí que el sol las había matado y dejé de regarlas, dos días después me di cuenta que estaban podridas.
Impaciencia es cuando esperas que algo suceda, cuando no confías en la calidad de la tierra y la semilla y en que por sí mismas pueden hacer el trabajo. Cuando no escuchas o sientes qué es lo que está mal. Es demasiado Sol o falta de agua o demasiada agua y falta de Sol. También es cuando todo está bien y no puedes verlo pues no te permites distanciarte y dejarlo ser lo que tiene que ser.
Pasé unos cuantos días preguntándome: ¿Por qué no llegó nadie? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿De plano no ha funcionada nada de lo que he hecho? Etc, etc, etc. Al final todo se reduce a dos preguntas: ¿Confías en el proyecto? Sí. ¿Confías en las mujeres que se han reunido a compartir contigo? Sí. Entonces, déjalo ser, todo está bien. Creo que ya estoy empezando a ver que lo que nos hace falta es un poco de abono, arrancar una que otra mala hierba, una podada por aquí y por allá… Pero bueno ya les contaré después. Por lo pronto los círculos tendrán un pequeño receso, sólo uno corto, digamos que el tiempo necesario para dejarlo Ser.
Sat Deva
miércoles, 1 de junio de 2011
Clases de Kundalini Yoga en Coyoacán
¿Qué es Kundalini Yoga?
Podríamos decir que es todo un estilo de vida, ya que no solamente comprende ejercicios de yoga y meditaciones, sino una manera de vivir, de comer, de dormir, etc. Es una disciplina que nos enseña a cuidar de todos los aspectos de nuestras vidas: cuerpo, mente, espíritu, familia, trabajo, economía…
¿Cómo funciona?
La práctica de Kundalini Yoga empieza, como en otras yogas, en tu matt o tapete de ejercicios, realizando asanas (posturas) que se ligan a la respiración (pranayama) y a la meditación. El resultado es una serie dinámica de ejercicios en movimiento que relajarán y fortalecerán tu cuerpo, al mismo tiempo que se activa la desintoxicación y nutrición de tus sistemas y órganos vitales (aparato circulatorio, digestivo, sistema nervioso, glandular, etc.).
Esta serie dinámica de ejercicios es seguida por la experiencia de relajación y Meditación profunda, para lo cual nos valemos de diversas técnicas de meditación (mantra, respiración, enfoque en un punto…) que te permiten no sólo relajar tu mente, sino comunicarte de manera integral con todo lo que tú eres: tu Cuerpo, tu Mente y tu Espíritu.
¿Qué logramos?
Con una práctica constante de Kundalini Yoga lograrás construir un Cuerpo fuerte y sano. Aprenderás a escuchar tus pensamientos y a entender tus emociones, lo que te permitirá desarrollar habilidades para lidiar con el estrés, con tus miedos e inseguridades, fortaleciendo tu autoconfianza y tu habilidad para tomar mejores decisiones.
Poco a poco mejorará tu condición física, descansarás y rendirás más y mejor. Y finalmente notarás un cambio importante en tu calidad de vida. No sólo te sentirás más cómodo dentro de tu propio ser, sino que tu Mente y tu Cuerpo se sintonizarán permitiéndote expresar todo tu potencial.
¿Para quién es Kundalini Yoga?
Es práctico y útil para cualquier persona, sin importar su edad, condición física o dedicación en la vida, haber practicado otro tipo de Yoga, ni tener un cuerpo flexible o estilizado. Puedes comenzar tu práctica sin ninguna experiencia previa.
Si estas buscando un cambio en cualquier faceta de tu vida y no sabes por dónde empezar, Kundalini Yoga es lo que necesitas. Si eres un hombre o una mujer trabajadora que cuenta con muy poco tiempo al día para sí mismo, Kundalini Yoga es para ti. Si quieres fortalecer y sanar tu cuerpo, retomar el control emocional de tu vida, salir de la confusión mental o bien explorar tu lado espiritual, Kundalini Yoga también es para ti.
Kundalini Yoga es tan completo, que simplemente ¡todos deberían practicarlo!
Instructora:
Sat Deva Kaur
Clases personalizadas, cupo máximo de 5 integrantes por grupo
Informes
55196873 / circulosenexpansion@gmail.com
viernes, 25 de marzo de 2011
Taller de Primavera
Estoy muy emocionada por este taller la primavera es el momento más importante en cuanto a como queremos proyectar nuestro año. Lo que sigue es cosechar lo que en la primavera se sembró.
Yo lo que busco este año es Divertirme más y dejar fluir más mi creatividad, así que espero plasmar eso en el Taller.
Cualquier info que necesiten, no duden en contactarme
Dev
(mil gracias ana por el cartel)
jueves, 24 de marzo de 2011
Yo y los ciclos de la naturaleza
miércoles, 16 de marzo de 2011
Sobre Integrar y Soltar
Después de la clase de Moni el mes pasado me hice el firme propósito de escribir algo en el Blog sobre lo que es Integrar, pero no me había sido posible. Estaba digiriendo.
Lo peor es que podía escuchar mis tripas rugir pero no sabía que me estaba causando tal indigestión y porque no lograba integrar sea lo que sea que me había comido…
El Universo como siempre colocaba pistas a cada paso, llego incluso a poner frente a mí a una chica que ha estado lidiando los últimos tres años con una extraña enfermedad de su aparato digestivo.
Finalmente mi hermana se acercó a mí, hace un par de semanas, con la propuesta de unas cortas vacaciones en un campamento tortuguero.
Debo confesar que tarde un tiempo en comprender lo que el Universo estaba maquinando para mí, pero en cuanto pude verlo sentí una de las emociones más hermosas del mundo. Solté. Ya no está en mis manos, ya no hay nada más que hacer, solo me queda disfrutar.
Lo sé, nada de lo que he escrito tiene sentido, permítanme explicarlo:
Cuando cumplí 20 años escuché, de más de una boca, que se aproximaba una crisis de identidad "la crisis de los 20". Me resultaba tan absurda la idea que ni siquiera me di cuenta, cuando comenzó la crisis. Fue alrededor de los 22 y los 23 años. Cuando la vida empezó a exigirme madurez e independencia. Madurez para tomar mis propias decisiones de vida e independencia de las expectativas ajenas. No pude, fracasé completamente, desconocía mis recursos y definitivamente no tenía idea de quién era.
La nada brillante forma en que afronte este largo periodo de mi vida fue, pegándome como ventosa al hombre del que me había enamorado (quien por cierto, atravesaba la misma crisis). Mi filosofía de vida era, que el "amor" lo podía todo. Y era ese "amor", lo único en mí que se sentía real.
Creo que es momento de darle las gracias a ese gran compañero que estuvo a mi lado, durante lo que yo llamo, los años de la depresión. Gracias por quedarte a mi lado cuando yo no era yo, sino esta especie de Frankenstein hecho de trozos de expectativas: mías, tuyas, de mi mamá, de mi papá, de amigos, maestros, etc. Un Frankenstein que se mantenía unido por el miedo, la confusión y sobretodo la necesidad de ser validada.
Finalmente un día no tuvimos más remedio que mirarnos el uno al otro y comprender que nos habíamos convertido en estos deformes monstruos. Sacamos nuestras espadas y nos asestamos golpes sin piedad. Su último golpe fue certero y me quede ahí hecha pedazos.
Terminaron los años de la depresión.
Han pasado tres años desde ese día. Recuerdo las manos generosas de mis amigos y amigas, recuerdo sus abrazos, sus sonrisas y sus palabras de ánimo y consuelo. Recuerdo el amoroso apoyo de mi familia. Pero sobre todo recuerdo el silencioso quejido que salía desde muy adentro de mí: "solo quiero ir a casa". Constantemente en donde quiera que estuviera, salía el lamento en un suspiro. "quiero ir a mi casa".
Lo más doloroso era cuando se presentaba ahí, en el lugar en el que vivía, en el que comía, me bañaba, dormía, justo a la mitad del departamento que habíamos construido juntos: "quiero ir a casa".Lo primero fue volver al lugar de la masacre y recoger todos mis trozos. Los empaque en una maleta y los cargue en mi espalda. Era el momento de soltar y dejar "nuestra casa" atrás. La tortuga se convirtió en el símbolo de mi fortaleza. "Yo soy mi hogar, llevo mi casa a cuestas".
Lo segundo, encontrar una guarida en donde pudiera protegerme, sanar y ¿volver a pegar todos mis trozos? Para ese fin, encontré un amplio departamento en Coyoacán. Viví ahí un año muy difícil, no quería volver a ser un Frankenstein así que tenía que darme a la tarea de decidir de todas esas piezas de rompecabezas, cuales me pertenecían y si quería que formaran parte de mí.
Los amigos y amigas se cansaron de esperar a que yo saliera de la cueva. Así que cuando salí, estaba muy sola. Recuerdo la mano de mi mamá apretando con firmeza la mía, invitándome a caminar. Y el lamento que seguía ahí: "quiero ir a casa".
Así fue como hace poco más de un año gracias al apoyo incondicional de mi mamá, llegué a casa. Es un hermoso departamento en Coyoacán, con un aún más hermoso jardincito justo en el centro, verde y lleno de vida. Podría alargarme muchísimo contándoles todo lo que ha sucedido aquí, se me ocurre que la mejor manera es con una pequeña lista.
- Recuperé a mi familia (les debo más fotos)
- He hecho nuevas y más sanas amistades
- Nació Círculos en expansión
- He construido un hogar para mí y para Cuca (mi perro)(Ana plis unas fotitos de mi casa)
- Descubrí que ese anhelo de "ir a casa" era el deseo de estar en mí; de ser Yo.
Integrar para mí significa crear algo nuevo. Una nueva Yo
Estos tres departamentos en los que me ha tocado vivir los últimos tres años son la expresión de lo que sucedía y sigue sucediendo en mi interior; Son la metáfora de la tortuga, llevando su casa a cuestas, cargando un caparazón en donde esconderse. Ya no necesito ser la tortuga. Ha llegado el momento de soltar, de abrir la puerta y salir.
¡Llego el momento de liberar a la tortuga!!!!!!!!!!!
Sat Deva
miércoles, 23 de febrero de 2011
¿Quién es tu Maestro?
"Uno de los grandes maestros sufíes, Junnaid, fue consultado por su primer discípulo: << Maestro, siempre hemos tenido una pregunta en mente pero nunca hemos tenido el coraje suficiente para hacértela. ¿Quién fue tu Maestro? Nunca te hemos oído hablar de tu Maestro>>
<<Me resultará muy difícil responder porque he aprendido de casi todos. Toda la existencia ha sido mi Maestra. He aprendido de cada suceso ocurrido en mi vida. Y estoy contento de todo ello, porque gracias a todo ese aprendizaje he llegado hasta aquí>>" Osho
Hace un par de semanas tenía la intención de escribir aquí lo que significa, para mí, Ser un Maestro. Planeaba compartirles quienes han sido mis grandes maestros y que lecciones de vida me han enseñado. Pero en cuanto empecé a escribir lo sentí, un hueco en el estómago, una opresión, mariposas (¿miedo, angustia, tristeza?), fuera lo que fuera no me permitía pensar, menos escribir, no fluían las palabras. "Pero conozco las palabras, lo he reflexionado tanto, sé lo que es Ser un Maestro…!!!" entonces me di cuenta: Duda, eso en mi estómago, era duda.
Mi cabeza empezó a mil por hora: "¿yo dudo de ti?, ¿qué es lo que no te dejo hacer? Me molesta tu drama, me cansa tu conmoción…. ¿de qué estás hablando?... Respira Débora. Solo escucha y respira…"
Sé que salían palabras de mi boca pero solo seguía escuchándola: "Estoy haciéndolo lo mejor que puedo, por qué no pueden ver que estoy haciéndolo lo mejor que puedo?!!!!"
Mi cabeza: "Te estoy viendo, te veo y te escucho y siento este hueco en el estómago… y NO SE QUE HACER CON LO QUE VEO. ¿Qué quieres de mí?!!!, ¿estaré escuchando bien?"
Ella: "No puedo ser lo que esperan de mí. Esto es lo que soy, y tengo mucho que dar…", "Déjame hacerlo!!!"
Además de un fuerte dolor de cabeza, me llevé a casa la duda guardada en el estómago y la incapacidad para pensar o escribir.
En mí interior se cimbraba uno de los grandes pilares de lo que es Ser un Maestro: Desde la duda, desde la confusión, desde la conmoción, ¿SE PUEDE SER UN MAESTRO?
Trataba de aferrarme a certezas de todo tipo para liberarme de la duda que anidaba en mi interior como un animal ponzoñoso (disculpen ustedes el drama).
Fracasé, esa técnica no funciona, la duda seguía ahí.
Me decidí entonces a dar un paso atrás dejar a la duda hablar y escupir toda su ponzoña: "¿Acaso no eres tú quien dice que todos somos Maestros, que todos tenemos algo para enseñar, que el maestro no es perfecto, y es por eso que puede enseñar? ¿Por qué no la dejas hacerlo? ¿Por qué no crees en ella? ¿Acaso no crees en ti, no crees en tu proyecto? Tal vez tu proyecto es muy ambicioso, tú no puedes con él, no estás lista, te falta preparación, te falta experiencia…, te vas a equivocar y les vas a fallar."
No sé mucho sobre lo que es Ser un Maestro, pero sé que esperamos cosas de ellos: esperamos su sabio consejo, su compasión. Esperamos que nos digan qué hacer cuando las cosas se ponen difíciles. Esperamos que nos sostengan y nos comprendan no importa qué. Esperamos que no nos fallen nunca.
También sé que un Maestro siempre está ahí cuando lo necesitas, siempre dispuesto a dar la lección. No son como nosotros esperamos. No nos dicen que hacer ni cómo hacerlo. No nos sostienen, nos enseñan a sostenernos a nosotros mismos. No son responsables de cómo nos sentimos, de lo que proyectamos al mundo ni de lo que hacemos o dejamos de hacer. No es su responsabilidad si aprendemos o no la lección, pues cada quien es responsable de sí mismo.
Por dos semanas mi Maestra fue la duda, insistente repetía una y otra vez la lección que yo no quería escuchar: "No es tu responsabilidad, suéltala..." "No puedes ser lo que crees que ella espera de ti." "No es tu responsabilidad ayudarla, no es tu responsabilidad hacerla sentir bien, no eres responsable por lo que hace o deja de hacer" "Es su responsabilidad quererse, cuidarse, hacer lo que quiere y necesita hacer, creer en sí misma" "Suéltala…"
"Tu única responsabilidad eres tú misma. Escúchate, escucha tu duda, tu conmoción, tu confusión, hazte responsable por ellas y actúa en consecuencia."
La lección de vida: Desde la confusión, conmoción, duda o lo que sea que te este pasando no puedes ser un Maestro, de hecho no puedes ser más que eso, ira, confusión, miedo, duda. No puedes Ser Tú.
Así que la próxima vez que sientas que la confusión te susurra cosas al oído, la conmoción se apodera de tu ser o la duda anida en tú estomago: da un paso atrás, respira, sacúdete, repite un mantra y escucha lo que tiene que decir, toma la responsabilidad por lo que estas sintiendo en lugar de achacárselo a los demás y agradece la lección. Eso no quiere decir que las cosas se arreglaran inmediatamente o que la lección haya sido aprendida del todo pero al menos volverás a ser Tú.
Y tú… ¿sabes quién es tu maestro? Ese extraño sentimiento que tiene tiempo acompañándote, ¿estás dispuesta a escuchar su lección?
Sat Deva
"Ninguna situación carece de lecciones, ninguna en absoluto. Todas las situaciones están preñadas, pero esto es algo que tienes que descubrir: superficialmente puede no parecer que es así. Tienes que estar alerta, tienes que mirar todos los aspectos de la situación." Osho